16.3.07

Carrera enfurecida. No podía parar. Iba corriendo, alejándose la de la luz cada vez más. La respiración se le entrecortaba cada tanto, en el suelo sonaban cada milésima de segundo sus pies haciendo ruido, levantando polvareda.
Rápido, rápido, sin detenerse, sin rumbo.
Así había sido desde siempre, alejarse, alejarse.
No quería que la luz estuviera cerca, porque sabía que si la tocaba jamás podría irse. Y no tenía nada de pajrito enjaulado. Odiaba las cárceles, aunque estuvireran hechas de barrotes de azucar.
Correr había sido casi instintivo. Tenía que escaparse cuanto antes de todo lo que la atrapara sin salida, del inminente foco paralizándole el cuerpo. No podía permitirse caer, tenía que tener el control de sus piernas. Por eso, solo correr servía.
Aunque sintiera la voz llamarla cada vez más débilmente, aunque las cuerdas invisibles intentaran cazarla desde atrás y ella sacudiera las manos intentando soltarse. "Corro porque sino me pierdo" decía, y nunca sabía hacia donde iba.
A veces gritaba, para alejar las ganas de detenerse en seco. Imaginaba pararse de repente y tomar aire, dejar las piernas al fin en paz y caer simplemente, como si nada, solo regida por la gravedad. El suelo sería el único límite.
Y después, dejarse atrapar por las cuerdas, ser conducida por el resplandor y llegar a la luz. Encandilarse solo porque sí, dejarlo ser...
Pero no. Las barreras estaban ahí, alejándola.
Tiene miedo de que si se suelta, caiga, de que si se deja arrastrar no haya vuelta atrás, de que si la atrapan la dañen. Mejor prevenir que curar, mejor correr y correr por el camino que conduzca más lejos.
En el fondo, y cada vez que dobla un recodo, se imagina una inmensa pared de piedra que no la deja ir más allá. Es un deseo que crece y la invade y la pared de pronto aparece en su mente y la obliga a quedarse ahi, sin escapar, dejando que las cosas sucedan.
De pie, aún corriendo, pide que la pared apareza. Que la detengan. Que no pueda correr más. Que le paren las rotativas y le corten las piernas. Que le enseñen a vivir por inercia.
Dale, parala que se va. Se aleja cada vez más y no para de correr.
Pared, parame que me voy.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora sí entiendo la mayoria de las cosas. Que alivio, estaba empezando a ponerme nervioso.
7 cuadras más y pared a la vista. Con esto sí que no hay excusas. Gané la guerra, yo era la luz y el mosquito se acercaba.
Impaciencia es poco.
Pero si, sin dudas... pared a la vista. Vaya bajando la velocidad, piloto.

Péto dijo...

MALISIMO




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Mariana dijo...

Me caés bien, peto.


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Péto dijo...

Lo sabía.


=(

El staff de LMV. dijo...

Bajando la velocidad, como dice el compañero.
Faltan casi 5 cuadras ahora.

JuanT dijo...

Matemos a Peto.
Yo digo BUENISIMO.

Nos estamos leyendo.