Amanecieron mis sombras.
Las preguntas.
Fusiladas.
Restos de cenizas descuelgan en las mejillas y en el pelo.
Saco la lengua, la lluvia ingresa y arma fogatas de hielo en el alma.
Nunca un amanecer fue tan brillante
como cuando incendiaste
las cortinas de mis párpados.
1 comentario:
Fascinante.
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