En el espacio de aire que queda entre las piernas. En cada uno de mis rulos, que caen a medida que avanza la noche. Hace seis horas estaban perfectos.
No. Hay mucho más que tu boca se mastica y traga. No.
Socorro al irse a dormir. ¿Cómo se va a dormir? Un tipo en la habitación, desnudo, masticándose las extremidades. Y vos me preguntás hasta dónde. Y yo te contesto: Miralo bien. ¿Lo ves? Cuando llegue al codo terminamos.
El codo está cerca. La noche cae lenta y mi pelo está casi liso. Casi muerto. Mi mensaje es uno solo y dice: No quiero más curtir estantería.
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