31.3.07

Voy a renacer en pequeños intentos de mantener la llama encendida. Y antes del último soplido que me mate la perseverancia, me daré el lujo de haber creido en mí sin haberme dado cuenta. Más allá de los grandes sucesos, las pequeñas cosas comienzan a sumar peso en mi balanza, acá, cabeza adentro.
Las lágrimas se secan en la árida extensión de la piel y es un sol, ese que brillaba tiempo atrás cuando antes que desierto había oasis, quien poco a poco las evapora y las transfrma en nube, tenue niebla, invisible transparecia.

1 comentario:

JuanT dijo...

Vas a renacer, entonces. Y yo acá, renaciendo siempre igual, siempre el mismo, siempre tan distinto. Busquemos renacer entonces, para encontrarnos mejor.

Nos estamos leyendo.