8.7.07

Conocí al señor de la plaza una tarde en que no podría haber estado más tiempo conmigo mismo. Había salido a caminar, estaba cansado de mi mal humor y tenía ganas de apretarle el off al tiempo.
Me dijo el señor que los amigos son cosas que uno de se deja en ningún lado.

- ¿Cómo que no los deja en ningún lado?

- Es que uno siempre se olvida cosas por el camino.- dice mientras se arma un tabaco.- Como se olvida las medias en la cocina, se olvida de algunas cosas buenas. Y hay cosas que son como un recuerdo en la memoria, constantes. Siempre encienden la luz que recuerda algo bueno.

Así dijo que eran. Como un viento, también. Porque parece que sirve para derrumbar algunas viejas estructuras y construir otras. Así que también serían obreros.

- Que se yo.- pita largo y hondo- A veces están lejos, más que ese edificio, o del horizonte que puedas ver arriba de ese edificio. Lo bueno es que no importa. Si la tierra de todos fuera el lugar donde suceda la amistad, viviríamos todos en la mismo sitio.

Después se fue. Y yo me quedé un rato pensando, hasta que los barrenderos de traje naranja se fueron con sus carritos y sus rastrillos;hasta que se prendieron las luces redondas y el aire olió a vuelta a casa.Y no sé si habré sido yo, pero había un viento nuevo en el aire. Eran ellos que desde quién sabe donde, me estaban derrumbando la tristeza.

3 comentarios:

Unknown dijo...

"Si la tierra de todos fuera el lugar donde suceda la amistad, viviríamos todos en la mismo sitio."Esa frase me mató, es excelente, muy bueno che.
Que andes bien
vAle

Péto dijo...

El mundo efímero escenario...

JuanT dijo...

Muy muy bueno. Te aburrirá que siempre te diga lo mismo, pero es que tus historias son sensaciones, son fuerzas que existen y a las que las palabras de comentarios les sobran, así que hago lo mejor que puedo y te dejo un saludo y un "pasé por acá".

Me EN CAN TÓ.

Saludos, nos estamos leyendo.