18.11.07

Imagínese que en sus manos cae un líquido. Y este líquido es negro, es viscoso, huele mal, se pegotea, chorrea lentamente hasta el suelo.
Imagínese que todas la superficie de sus manos queda inmersa en él, que corre por el brazo hasta abajo y de a poco cae al suelo.
Está usted estupefacto, inmóvil, esperando a reaccionar de alguna forma.
Con las manos extendidas a la nada, las palmas hacia arriba como sosteniéndolo, y la boca abierta hasta que el maxilar inferior, cual sorpresa en dibujito animado, golpea contra el piso.

¿Qué haría usted? ¿Iría corriendo al agua, a lavarse la suciedad cual Pilatos en era moderna? ¿O preferiría salir corriendo, cerrar la boca y abrir la mente, alzar los brazos y manchar todas las blancas paredes, todas las salas inmaculadas, todas las infinitas calles transparentes donde ni el polvo ni la suciedad han entrado a darle tinte de color de vida humana, asquerosa flor que nunca se cansa de brotar?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uau.

noe dijo...

Buenasss, permiso,
ahora que ya me presente me atrevo a dejarle un comentario jajaj
Igualmente ya le dije que el blog es un disparate, me encanto eldel 16/11, siga así...
Saludos

JuanT dijo...

Bueno, me convencías a tirar el líquido viscoso (no se si se escribe así, creo que no) a todas partes, pero con eso de maloliente...bueno, ni tiro la mandibula al piso (curioso hablar así de la mandibula, como desprendida de mí), ni salgo corriendo. Mas bien puteo por lo bajo, y voy al baño a limpiarme.

Saludos, buena historia, deja pensando.