12.12.07

Sentando en cualquier rincón del universo, quizás esté alguien, ideándolo todo. Él es el inventor de las situaciones quiebre en los días, el que hace que de aquella escena de arbolito de Navidad en una comisaria y una radio mal sintonizada nazca otra imagen y cause algo.
Él es, también, el que deja caer personas y cosas raras por la calle, cuando se aburre y desea reírse de la cara del pobre y sorprendido destinatario.
Bellezas se le caen dos por tres, solo dos por tres, cuando de risa se muere y de amor nace, depositando un vendedor de tabletas de chocolate en un ómnibus que se va por la costa, que de un bolsillo en su saco gris saca una pulsera plateada, la más sencilla del mundo, y la ofrece alguien, sin más.
Después se baja, se va saludando por la ventana, y la pulsera pretende ser la razón de la sorpresa, inexplicable suceso que no sé quien se empeña en idear.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que buen blog