23.1.08

Oiga. Sí, a usted le hablo. ¿No está cansado de ese frasquito? ¿No le molesta el vidrio? Ah, ¿vio que difícil estirar las piernas y los brazos en un lugar tan apretado? ¿No quiere que le saque el tapón, así sale usted y anda a sus anchas?
A ver... listo, ya puede salir. ¿Hacía mucho que estaba ahí metido? Yo recién pasé, lo vi y dije... pucha la gente. ¿30 años? Mierda che. Es mucho tiempo. Bueno, pero ahora no se preocupe más. Ya no está más en el frasquito con etiqueta. Es usted libre. Bah... libre es un decir. Pero mejor que antes, eso seguro. Y un hombre sin etiquetar es un hombre más interesante.
Bueno, me voy que se hace tarde. Buena vida. No, no, de nada, no hay de qué.

1 comentario:

Jeza dijo...

Libre, libre de mi misma!!!
Esa es la libertá que vale.
Pasaré menos seguido, pero prometo no dejar de leer tus escritos. Bah, es una promesa que me hago a mí misma.
Salute y buen año, Maru!