7.2.08

Cuando realmente se entiende una zona en el plano, un sector del espacio donde hubo caos, cuando se comprende la delgada línea que separa a la pureza de la mugre, la insatisfacción del regocijo, algo florece.
Una voz narró su vida, un suceso, una historia entre tantas. Realmente hay gente que no entiende. Que no se paró un segundo a ver cómo todo se seguía moviendo aunque uno no esté yendo a la par, que no comprobó que uno no es ni imprescindible ni necesario.
Si no lo comprobó es un iluso. Si lo hizo, masoquista.
Dentro de un solo envoltorio con forma de ser humano hay infinitos colores. Infinitas formas. Infinitas personas, mundos, apariencias, sentidos, coherencias, contradicciones.
Están quizás los manipuladores, audaces inteligentes que saben sacar de sí mismos su color más conveniente acorde a la situación.
Están los que nunca se descubren y, siendo más ciegos que inocentes, se duermen el largo sueño de la vida sin sospechar lo que guardan dentro, sintiéndose gallinas y no lo pavos reales que son.
Y estamos los que prácticamente nos entregamos al múltiple abanico de ser. Los que no podemos controlar ser mil cosas tantas veces por día. Los que sobrevivimos con cien mil ideas distintas, la mitad de las cuales son contradictorias, no tienen sentido o vuelan tan alto que son absurdas.
No hay forma de ir contra uno mismo. No del todo. Aunque uno comprenda realmente qué es devastarse a sí mismo, siempre en el fondo queda guardado un color, una de las partecitas que nos componen, que termina haciendo la diferencia.
Al menos en nosotros, los volcanes involuntarios. Yo no quería escupirle la cara de azul. Ni acariciarle una mano en verde. Ni mirar en rojo los mismos ojos que alguna vez serán negros, cuando no los mire yo.
Una sorpresa diaria para uno mismo. No saber a qué lugar del universo de las sensaciones iremos a parar a causa de la explosión interna.
A cada rato florece algo nuevo, una flor de mil colores o una marchita flor con olor a tristeza. No se sabe. Solo que... ah, el mundo hace rato que sigue de largo. Y acá quieta, quieta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

maravilloso.

simplemente.

Anónimo dijo...

maravilloso.

simplemente.