12.2.08

Necesito un envase con aire fresco. Que se callen los boludos y aprendan del silencio.
Necesito que el tiempo corra a favor y no en contra. Que despertarse no sea caerse del sueño al mundo y no rebotar. Que sople fuerte y vuele todo.
Necesito que se abra de una vez y no llueva más y digan que es una nube. Que te mojes y te suspendan el show, sí, pero que no vuelvas.
Que la calle no sea hostil, que los perros no ladren de sorpresa.
Necesito arrancarle el vaho pegajoso a la almohada, ese sentirse suave pero pesado e imposible.
Necesito tirar el plato contra la pared, dejar de verlo sucio y abandonado. Encontrar el peine, sacar del placard algo para el calor y que deje de estar frío.
Necesito encontrar el punto donde todo vale por algo. La pena. Lo que vale la pena.
Necesito desencasillar las noches y lograr que terminen antes. Que entre cerrar los ojos y dormirse no haya tanto tiempo y tanto techo.
Necesito que los días tengan más horas, menos almohadas.
Concretar. Acordarse que ayer fue el último día y hoy no es el último, ni mañana, tampoco. Hoy es el primero.

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