28.2.09

Todo el mundo está cantando. Hay ruido, pasan cosas volando, y el eco que no me deja oír. No entiendo en qué parte de la historia nos quedamos.
La gravedad tiene ganas de darme licencia. De acompañarme hasta el borde del precipicio y dejarme caer. Me toco la cara y hay maquillaje, quizás del carnaval que en alguna época viví.
Mi pecho es una bomba amenazando estallar, una herida abierta a todos los vientos, una traición palpitando fuerte, una verdad gritándome al oído con voz de madre histérica, un lunes a las siete de la mañana.
Sudando frío cierro los ojos y escucho. Todo el mundo está cantando.

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