25.10.09

Mi corazón expectante. El silencio de la noche es el más profundo hasta ahora. Todo aguarda: Las moléculas de oxígeno, las plantas oscuras y sombrías, los motores lejanos, los residuos en la calle, las piedritas del camino, los perros vagabundos. El silencio es, hoy, solamente una necesidad para crear ruido. Solamente un espacio a ocuparse.
Estamos todos muy emocionados, es verdad. Estamos esperando. No tenemos paz, porque la paz implica una seguridad acerca de algo. Y este silencio es, también, señal de incertidumbre.
La espera es más tediosa cuanto más hermoso es lo que nos aguarda. Y peor aún, cuando lo que nos aguarda podría también ser terrible. Creo que, en realidad, preferiría saber que simplemente está todo perdido, antes de esta posibilidad de tener todo o nada. Antes de ver escabullirse la arena entre mis dedos, con tanta esperanza de lograr retenerla. Luz o sombra. Verdad o vendajes en los ojos.
Aguardamos, aquí. En este rincón del rincón de la galaxia. Aguardamos solemnemente, rigurosamente. Puntuales. Aguardamos y queremos saber. Quiero saber. Es que, la verdad, no existe cosa más bella por la cual esperar: La voz del pueblo, la voz de la decisión del pueblo, la voz del destino del pueblo. Canción que rompe el silencio para siempre. De la forma que sea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

todo eso, si


vito