25.3.10

No estés mal si ante mí despierta en vos una suerte de enojo fatal, de frustración un tanto gris que crece, continuando más allá hacia la simpatía y el afirmar con la cabeza lo que sí tenemos en común. Si un día la cosa iba bastante bien, si habías logrado adelantar el boceto de mí para lograr un dibujito bastante acertado, y al otro la goma de borrar se gasta sus puntas para que logres volver a trazar lo que no pareció ser tan así.

Soy dueña de un mundo que no puedo negar pues me rebalsa como el agua en un río después de días de lluvia. Existo simultáneamente muchas veces, soy así y también asá. Es más que la variabilidad de carácter, pues ésta implica tener como línea conductora al tiempo. No: yo soy así y asá al mismo tiempo.

Por eso no hay necesidad de entrar a gastar la punta del lápiz tratando de encontrar la figura perfecta, la indiscutible certeza de que se trata de mi. Realmente, dibujar a la gente es bastante insensato.

Por eso no hay necesidad de andarse con vueltas, de caer en la estupidez de considerar que quizás no soy aquello que creíste, o que no creer que soy aquello que soy. La contradicción es natural, es la fuerza de rozamiento que detiene la caída por el terraplén, al menos momentáneamente, conservando cierta cordura.

No estés así. No hace falta. Si el entendimiento no llega debe ser que no es necesario. Lo que jamás se fue es el sentimiento, y ese sí que no tiene dimensiones varias ni sentidos contrarios. Por eso la tranquilidad.

Lo cierto es que el hecho de que haya sol no quita que vaya a nublarse. Eso lo entienden todos. Lo que quizás necesitaría que vayan entendiendo, si es que creen que ya estamos a tiempo de desprendernos de estas tres dimensiones insignificantes que nos limitan, es que el hecho de que haya sol no quita que también esté nublado.

1 comentario:

Julián Sick dijo...

¿Rebalsa?

Incluso que haya sol no quita que sea de noche! Y puede haber gente orgasmeando sin saber del sol en ese lúdico y puntiagudo, exacto e intenso, violento y dulce momento.