23.7.07

Y otra vez esa escena repetida, de la cara dándose vuelta, tarareando una canción, subiendo el volumen, cerrando la puerta de un portazo, puteando a pulmón vivo, yéndose al fondo del lugar a rumiar la impotencia, la rabia.
Cuando le dicen que no tiene una vida tras de la cual defenderse, se acurruca y se queda dormido. Cuando le gritan sin dejarlo gritar, se calla y no escucha más. Cuando se enoja siempre tiene ganas de llorar y de hacer daño.
Entonces se va, se abriga y se va, se esconde y se enfrenta al portal hacia todos esos mundos que puede conocer, y aumenta su universo imaginario mientras afuera el mundo sigue su rumbo, pasa el tiempo, pasan cosas, y cada vez está más alto y más lejos de formar parte.

Ahora se le ocurre una canción de Fito Páez. Y tiene tantas, tantas ganas de darse vuelta y mostrarse...

1 comentario:

Jeza dijo...

Ooohm...
Necesita paz.
Y un aire sereno.
Salú