Hola cabecita, dejate hacer toc toc. Date la oportunidad de ser portal más que puerta, sacate el cartel de cerrado.
Cabecita, que el tiempo no te torne en tonos de grises tan fácilmente. La paleta de colores para lo que vas a pintar a continuación, que tenga los colores que quieras.
Hay hombres encerrados en el poco poder de su mente, o el mucho poder de su encierro en casa, entre la televisión y la vida magazine.
Hay hombres cuyas caras son grises y han perdido el color de sus ojos tras el desgaste de las mismas fotos trucadas. Y tienen las manos lisas de no arriesgarse a nada, y tienen la forma del control remoto entre sus dedos.
Hay hombres que sos felices pintando los mismos cuadros de siempre, cantando las canciones que son más fáciles, contando el mismo chiste y aprendiendo a reír siempre igual. Y acaban cada noche con el día sistemático, donde el sol sale porque la tierra gira siempre igual... y acaban cada noche en un sistemático levantarse al otro día para volver a andar en calles repletas de publicidad que les rompe los ojos, y llegan a casa llenos de imágenes que no proyectan sentidos, sino simples hologramas de lo que quisieran (o creen que deben) ser.
Cabecita, date la luz que se merece la existencia, y el aire puro que te hace falta. Date oportunidad e negarte a ser un eslabón más en la cadena que enlaza a otro eslabón, que enlaza a otro eslabón, que televisa la cultura y la lleva a tu cuarto con almohadones cómodos.
La luz está afuera, detrás de la ventana, del otro lado de la puerta, abajo de tierra, arriba de las sábanas. Entre las manos lastimadas de alguien que ande por ahí y tenga el valor de tener valor.