12.9.07

Pienso y me atraganto de ideas, se secuencias, de días que se alejan y quedan, ya, a siete y más de siete noches durmiendo bien.
Es que el tiempo que se pasa soñando futuro se pasa sin más, sin doler, sin penas ni glorias. Y el tiempo que se pasa sin tener futuro para soñar es una calle de piedra silenciosa, abandonada.
Parece como si todo se tratara de tener una cuerda y necesitar amarrarla más adelante para poder irse impulsando a uno mismo.
Calma, desatino, pensar bien para no equivocarse. Notar que estamos mejor en casa, y que la imagen que proyecta un alma es una luz pequeña en el río, desde la ventanilla de un auto, sabiendo que en línea recta está, sigue viviendo, sin tener tan en cuenta esto que pasa acá. Empezó a llover después de un breve verano. Hace frío otra vez. Y ya empiezan los reclamos a la lluvia de que aparte del mundo lave un poco las huellas en el corazón.

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