11.11.07

El lenguaje universal tocando fondo en la parte más sucia y asquerosamente perfumada del tarro. Suena a comprada en el supermercado, la vida.
La gente se acuesta a dormir ahí, en el fondo, embarrados de mundo y toqueteados por los dedos largos de miles de estupideces que rondan en las alturas, como fantasmas de sentidos muertos.
Viven y sueñan un modelo de realidad inventado para satisfacer el hambre voraz de quien aún no tiene cara pero sí una gran panza blanca que crece y cuelga hasta el piso.
Hay un dolor y un sabor amargo después de la imagen que los muestra atados de pies y manos al titiritero gigante que con largos y viscosos dedos sus vidas maneja, los lleva a trabajar, los lleva a comprar productos inservibles, los sienta frente a un monitor de computadora y les da sexo hasta saciar su sed insatisfecha.
Y todas las noches los acuesta con personas que no tienen alma ni mente, y todas las tardes los deposita frente a góndolas repletas de vidas, emociones, amores y placeres para comprar. Todo huele tan mal, todo tiene tanto sabor a nada, todo deja tan vacío el porvenir... como figuritas de álbum para coleccionar, numeradas y pegaditas perfectas donde corresponde, peleando y maldiciendo por la que falta.
Luces de colores brillan y no saben bien para donde ir. Todos quieren la que se vea mejor, la que sea más grande, la que dé más placer y más ego, más éxtasis frío, más carne chorreando sudor, sin decir nunca basta, sin dejarse caer por no querer más un solo dedo frío, una sola mano sin tactos cálidos, solo esos brazos que aprietan y exprimen y a veces, todas las veces, parecen fieras que no paran de comer.
Ya asumieron. Ya hicieron la ecuación y encontraron el común denominador que resuelve todo. Ya se dejaron inyectar la mentira, y en sus cabezas solo brilla una luz de convencimiento, de certeza barata que dice que así es como se vive: de gargantas abiertas para tragarlo todo, de corazones, ojos y cabezas cerradas. Sus bocas son agujeros negros donde todo cae, sus almas están colgadas del cable de la luz, en estado de trance, y de sus cabezas se escapó un axón, largo y decidido, a conectarse a 220 y dormir el largo sueño de la programación de cada día.

Mi voz es un ronco pedido de alerta que resuena en una oscura habitación vacía, sin llegar a hacer vibrar los tímpanos de nadie, acorralada entre sus vidas y la certeza de que nada cambia tan pronto como debiera. Mi voz que ya perdió las ganas de argumentar a favor o en contra de los hilos, y un solo mordisco no basta para derribar la mano del titiritero.
Todo parece indicar que quien debe despertar es la marioneta. Que desde afuera solo podemos gritar hasta hacer sangrar las cuerdas vocales. Que no hay más Sol en tu ventana cuando estás dormido todo el día.
Todo parece indicar que hay caminos alternativos para elegir, y que las masas de gente tienden a no querer separarse. Será tan solitario éste como parece, habrá tantas otras almas dándose la cabeza contra el mismo callejón siempre, o vendrá alguien a acompañar en la ruta... pero, sea como sea, desde las caras conocidas siempre va a brotar esa canción que anuncia desesperanza, que invade el aire y resuena, denunciando que no quieren ver que detrás del monitor o atrás de la cama tampoco está la solución, o la felicidad.
Siempre que piense en ellos habrá algo que me dará una firme convicción de no querer lo mismo. Y siempre que intente gritar será una penosa voz ronca la que salga de mí, como una molécula de agua intentando apagar el fuego.



Me volvés electrón, mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Llegue aca de pedo. No se bien de donde te saque. Pero la verdad es que vengo leyendo, sorpresa tras sorpresa, alucinado.
Me parece increible tu forma de irte desde la rabia extrema hasta la ternura y el amor. Desde el desencanto hasta la esperanza.
Me quedo de ojos abiertos impresionadisimo. La mayoria de los blogs que vengo leyendo me resultan medio vacios, otros con cosas que ya lei muchas veces.
Te felicito de verdad. Me has dejado helado y contentisimo de haber entrado aca.
No me olvido de tus letras.
Un saludo desde Málaga.