1.2.08

¿Qué pasa, eh? ¿Qué pasa? ¿Que mierda pasa? Así, más agresivo, suena mejor.
Todos los días, todos los minutos, son un constante empuje hacia adelante. Estamos convencidos de ir hacia adelante, y un día es un empuje más. Cada uno, todos ellos, cada grupo de siete y después treinta a fin de mes, creer y así lograr empujar.
Uno no imagina cada día, que el sitio que guardamos cuidadosamente pueda contaminarse. El mundo siempre está afuera.
Pero mundo... mundo es adentro también. Y cuando lo ves... qué tambaleo.
Mundo es adentro donde dormimos cada noche, donde la sábana de escapa del colchón y qué incómodo. Mundo es la taza de café manchada que dejaron sobre la mesada. Mundo es un grupo de gente que todos los días está en el mismo lugar, y trabaja cada día, y vuelve a cenar.
Mundo es donde no podés cerrar la puerta y creerte que se quedó afuera, porque ya se infiltró, y adentro también es afuera, con todo lo salvaje y todo lo impredecible que resulta eso.
Que te creíste que no, que habíamos construido bien. Que te creíste que no, que empujando para adelante y hacia afuera basta. También hace falta mirar, pero mirar en serio, si el mal olor no venía desde adentro. Si no fue que desde la base arrancó la humareda, cegando todo y mirando mal.
Uno es como se forma adentro. Y después sale. Qué delicado tocar el adentro. Qué complicado dejarlo contaminarse. Como un mago que hace bum y da vuelta todo, o como una prenda reversible, mundo es todos lados donde sucedan cosas. Y qué cosas.

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