3.2.08

Me asombra la delicadeza del tiempo, o el destino, no sé, para mover aquí y allá y deslizarse suavemente como un vientito que mueve la florcita en mi nueva pollera roja.
Me asombra, porque no sabía que tenía guantes de seda, con los cuales parece acariciar una nuca y solamente hacerte erizar.
Es sutil, exacto, suave, certero. Y se te posa en un hombro, como un pajarito que no pesa nada. Y si escuchás con atención te pía suavecito, como lamentándose de no poder tener guardada una magia menos asombrosa.

No hay comentarios.: