4.2.08

Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico

La esquina pierde su ángulo filoso,
nadie diría que la crueldad existe.

La sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor.

Cómo cambian las cosas
en la niebla.

Los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos,
los sádicos son colmos de ironía,
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno,
los humildes en cambio no se ven.

Pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre,
sé dónde está el abismo,
sé dónde no está dios,
sé dónde está la muerte,
sé dónde no estás tú.

La niebla no es olvido
sino postergación anticipada.

Ojalá que la espera
no desgaste mis sueños,
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro
y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas.



Mario Benedetti.


De mí para mí. Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces parece que todo está tan nublado, no? Que es como que buscás y no hay más manos. El tema es que uno sabe, sabe. Sabe que no hay manos. Uno se convence de que estando solo es más facil hacer. Solucionar.
Entonces como que se va acurrucando, encerrándose, dejando a los demás afuera.
Cuando está solo, llora de verdad porque necesita que lo despierten. que lo obliguen a levantarse.
Somos seres paradójicos che.
Y... nada. Mejor que quede por acá.