De Poe a la escalerita blanca gastada de un solo lado. Hoy me percaté, aunque bueno, reconozco que a esa hora...
Pero no. A la salida me volví a fijar y sí, la escalera de piedra está severamente gastada contra el pasamanos. Primero creí que era curioso (mirá, los escalones no están gastados del otro lado), después pensé que obviamente la gente sube mucho de ese lado porque está el pasamanos. De hecho, lo pienso mientras bajo encerrando el diámetro metálico con mi mano izquierda (con la que ahora escribo, entiendo esto de ser ambidiestros, pero no me queda otra).Somos todos facilongos. Agregaría una frase que se me viene ahora a la cabeza, una que dice algo de no más navidades de lumpen cultura de barrio barrial. Pero como no tiene nada que ver, no la agrego. A veces intento no dar rienda suelta a mis asociaciones mentales, porque sino... no se entiende nada. Pero así estamos, así empezó todo esto de la escalera asociada a que somos facilongos.
Facilongos, sí. Preferimos en lado de la baranda (desde la baranda, si mirás para abajo ves una pared pintada de flores rosadas... debe ser un incentivo para ir de ese lado y no del otro) en lugar del otro, que quien sabe lo que podría pasar. No te podés aferrar a la seguridad de que la gravedad no va a vencerte.
Entonces tengo un plan. Un plan que voy a ejecutar en breve, aparte de animarme a sacar algunas fotos que considero imprescindibles para lograr entenderlo: voy a comprarme una lupa, la más grande que encuentre, voy a ir a buscar las pocas huellas (las que no alcanzaron a hacer una sola marca) y voy a averiguar quién. Quienes.
Después, voy a salir a buscar caras y respuestas. A saber cómo se hace, cómo lo logran, qué se requiere. De ahí en más las cosas serán distintas. Ningún 9.8 de fuerza gravitatoria que logre desacelerar el ascenso hacia cualquier lugar, y sin baranda.