20.3.08

Un cortecito. Pequeña sutileza para mutilar sin que se note la maldad. Una gotita de ácido, pequeño gesto para horadar lento, sin lugar a culpas.
Tan tirados y solos, que no hace falta. Pero en serio, no hace falta. Parece que no sabemos cómo demostrar que los cortecitos se sienten como si desangrara el cuerpo entero, que la gotita de ácido es un cráter, y que toda la piel se descompone.
Una tos que podría reemplazar por lo que sea, para no tener que seguir creyendo que la próxima sonará como que ya no hay aire y la laringe se secará en polvillo y pasto reseco.
Ya no hace falta. Estoy en el blanco de todas las situaciones. Vi el cortecito en la hoja afilada que dejaron caer como por descuido. Y ahí está, sangrando en silencio, esperando a mañana a ver si abren las farmacias otra vez, para no comprar gasas.

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