¡Porque si uno agarra todo lo que no quiere y se lo tira en la cara a otro, y uno va así sin más; si con el corazón como granada hace explotar lo que quiere que se caiga abajo y ametralla con palabras lo que necesita más agujeros que certezas; si uno no consuela el desaliento con mañanas y quizáses y estúpidas frases hechas de cartel para heladera; si uno rompe el hielo duro de la impotencia con los martillos que proporcionan algunas acciones y lo deja derretirse para siempre; si con el espíritu vence las ataduras del cuerpo, esas falsas felicidades de figurita...!


¿Y si lo hace?


Seguramente tenemos miedo. No podríamos soportar que pase todo eso al mismo tiempo.