25.7.10

Vi:

Homúnculos en la pecera del tiempo, estancados, tocando con sus manitos de barro el vidrio, tratando de dilucidar el mundo. No los escuché bien, no supe si hablaban con verdadero fervor o era una charla de esas que venden barato en cualquier mesita de por ahí. Pero capté de costado los mismos temas que una vez me llenaron el alma de risas. Y ahora, tiempo después, no pude sacarles brillo. Salté varios escalones y me di cuenta que no me acompañaron.Golpecitos en el vidrio. Quisiera nadar, y ellos quieren salir. Pero no pueden, porque el humo deja olores que adormecen.

Busqué:

Las palabras del pasado. Las que anunciaron un futuro que ya es presente. La profecía, lo que será. Todo estaba allí, escrito, dicho, pronunciado. Las vocales como gotas de cianuro en la garganta sedienta de una doncella, los sonidos sordos de percusión de domingo a la tarde. Todas las consonantes que entren en las palabras. Y la garganta deglutiendo, tranquila, saboreando cada gota, el mensaje, como si mañana no fuera a llegar nunca.

Sentí:

Miles de gotas contra el cristal delante de mis ojos. Se me atragantó un insulto. Quería romper la pecera, hacer desaparecer el humo, tirarle abono a la plantita y que crezca más. Me agarraron una mano, me pidieron paciencia, y lloré hasta que me dolió el orgullo. ¿Por qué no pueden salir? Ellos dicen que lo desean, pero realmente no lo intentan. Las gotas duelen, los pedales no alcanzan a cubrir la distancia que quiero recorrer antes de que me alcance la conciencia. Necesitaría dormir hasta que se acabe el tiempo.

Soñé:

Amor en envase retornable. Mirá, lo que voy a hacer es sencillo. Yo ya sé todo lo que va a pasar. Sé que está mal y sé el final del cuento. Pero voy a desatar los hilos, a dejar caer las estanterías, y van a temblar los pisos. Es un suicidio lento, un suicidio con aviso, pero es también la única manera de sobrevivir. Cuando creas llegar recién estarás partiendo, y cuando los dedos rocen un pedacito de piel, todo el universo va a cerrar los ojos para hacer como que no saben. La explosión será rápida, no vas a sentir nada. Cuando quieras recordar no habrá nada, estaremos en otro lado, con otra cara y otra gente. Probablemente te sangre un poco alguna parte del cuerpo, pero son sólo gajes del oficio.

2 comentarios:

Eliana dijo...

cuantas imagenes y cuanta belleza. tengo sentimientos de todo tipo en mi.

Meilán dijo...

Querida, ya sabes. Tu talento me calienta el alma, tus palabras son un deleite. me gustaria estar un par de minutos en esa cabeza, entender como llegas a estas cosas.

un abrazo de años luz.