16.9.11

Vos tocás la fibra interna de mi más delicada fantasía. Terciopelo en el encanto de tu roce, en la asmetría, en la decisión de si un escalón o dos cada vez.
Te florecí los dedos en lágrimas y, sin embargo, no corriste. Estuviste. Permaneciste. Intacto no, porque ahora hay flores, pero estable sí, porque la tierra de tus pies es mi maceta preferida. Y crezco, me agrando, estiro el cuello, la cabeza, las ramas que como dedos te enredo entre los brazos, te surco el mediastino y te sacudo (porque soy viento) a las 3:38 a.m.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cutie