25.11.11

Amanecieron mis sombras.

Las preguntas.


Fusiladas.


Restos de cenizas descuelgan en las mejillas y en el pelo.


Saco la lengua, la lluvia ingresa y arma fogatas de hielo en el alma.


Nunca un amanecer fue tan brillante


como cuando incendiaste


las cortinas de mis párpados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fascinante.